Trabajando la transformación mediante la meditación
Esencialmente se trata de eso; transformación. La Alquimia es una meditación guiada, sutil, sin dar muchos detalles y en todo momento canalizada por la persona que guía. Es decir, no hay un guión preestablecido. Se van escuchando las instrucciones desde los Planos Superiores, ya sean los Ángeles, Guías o Maestros Ascendidos que son en realidad quienes van marcando el camino y las pautas de la meditación, para llevar a los participantes a las situaciones específicas y necesarias para la evolución y comprensión del estatus que pretenden mostrarnos.
En la segunda parte, es cuando realmente podemos llamar ALQUIMIA, porque cada participante relata su visión y situación que ha sentido durante la meditación guiada, que por supuesto, es distinta para cada participante.
Aquí es donde el guía de la meditación, ayudado por los Guías espirituales, analiza y responde a las situaciones marcadas en las visualizaciones de la meditación. Esto ayuda al practicante a evolucionar en su camino espiritual, a abrir cada vez más su propio canal y sus dones espirituales.
Como terapia individual es intensa y suave a la vez. Como el puño de acero en guante de seda. Se pueden trabajar miedos, traumas, impulsar o activar ciertos comportamientos positivos en la persona, hasta abrir Dones Espirituales o facultades ocultas.
Las Alquimias en grupo pueden hacerse un poco largas, puesto que hay que escuchar y analizar a cada uno de los participantes, pero la energía creada por el grupo es muy interesante. Las experiencias del grupo pueden ser sumamente instructivas.
En grupo se trabaja más el Crecimiento Espiritual, dejando la terapia en segundo plano.