El significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto. Se refiere al concepto de «acción» o «acto» entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto (ley metafísica) El karma explica los dramas humanos como la reacción a las acciones buenas o malas realizadas en el pasado más o menos inmediato. Según el hinduismo, la reacción correspondiente es generada por el dios Lama, en cambio en el BUDISMO y el Yaniismo―donde no existe ningún dios controlador― esa reacción es generada como una ley de la Naturaleza (como la gravedad, que no tiene ningún dios asociado). En las creencias indias, los efectos del karma de todos los hechos son vistos como experiencias activamente cambiantes en el pasado, presente y futuro.
Según esta doctrina, las personas tienen la libertad para elegir entre hacer el bien y el mal, pero tienen que asumir las consecuencias derivadas.
– Cuántas veces has escuchado “tal persona se merece lo que le pasó, es su Karma?
– O quizás has pensado “¡¿Qué habré hecho yo para merecer este karma?!”
¿Qué quiere decir karma?
Este concepto ha sido simplificado hasta que no se siente real: “acciones positivas serán recompensadas, las negativas castigadas”. No parece real, porque todos sabemos que cosas malas suceden a gente buena, y cosas buenas a gente mala. Es por eso que en vez de ver al concepto de acción y reacción como un boomerang (lo que lanzo se me regresa inmediatamente), es mejor imaginarnos una tela de araña.
Si aprietas un solo hilo de la telaraña, el cambio de la tensión se siente a través de TODOS los hilos. Es así como la araña sabe cuándo algo ha tocado una parte de la telaraña, no importa cuán lejos esté del punto de contacto…
De la misma forma, nuestras acciones “se sienten” más allá de la persona que tenemos frente a nosotros. El concepto del karma se puede ver en los cómo afectan los padres a sus hijos. Cada generación aprende de las acciones de la anterior, y forja creencias y hábitos que responden a las de la generación anterior.
La rueda de la vida o “samsara”, conectada al concepto de karma, simboliza el ciclo de la vida que incluye nacimiento, vida y muerte. El ciclo, como la rueda, no tiene principio ni fin, y por lo tanto después de la muerte hay otro nacimiento y una nueva vida – una y otra vez.
La ley del karma dice que para cada acción, existe una consecuencia; para cada causa, hay un efecto; todo lo que se envía al Universo, regresa a nosotros tarde o temprano. El karma de una persona – o un colectivo – se puede manifestar durante un ciclo de la rueda de la vida, o durante el siguiente – durante esta vida, o la próxima.
Todos podemos generar karma con pensamiento, palabra o acción. Es una ley natural que no necesita de un ser superior o de la intervención divina para imponerla. En este sentido, el karma no es un castigo, ni puede interferir con nuestra próxima vida. Cada individuo tiene el poder y la responsabilidad de moldear su vida presente o futura de acuerdo a sus acciones, y puede cambiar el proceso kármico en cualquier momento.
En el proceso de nacer una y otra vez, en situaciones diferentes cada vez, se nos otorga la oportunidad de superar y aprender lecciones y la manera en que asumimos estos retos, define nuestro karma para nuestro presente, futuro y vida siguientes. Entre mejores sean nuestras acciones, más podemos avanzar en la rueda de la vida. A medida que avanzamos, vamos limpiando el karma y alcanzando la iluminación. El momento en que nos elevamos por encima del plano físico y ya no hay necesidad de reencarnar en la tierra.
Existen ciertos obstáculos que son el origen del karma y estos son el ego, la ignorancia, la ambición, el odio y rabia, y el miedo a la muerte.
Las consecuencias de las acciones motivadas por estos obstáculos pueden manifestarse inmediatamente, en el futuro cercano o en otras vidas. Sin embargo, este karma no equivale a nuestro destino pues se puede limpiar o compensar. A través de buenas acciones, oración, meditar, yoga y otras prácticas espirituales.
Cuanto más conscientes somos, más posibilidades tenemos de limpiar el karma y avanzar. LOS 10 SECRETOS
PARA TRASMUTAR EL KARMA…
- Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias.
- Evita juzgar a las demás personas.
- Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan.
- Mantente quieto, es en vano luchar (recuerda que sólo es una prueba).
- Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento producto de tu imaginación. ¡Cámbialo!
- Perdona, suelta, y libera.
- Habla siempre en positivo.
- Medita por lo menos dos veces al día. ( 5 minutos sería muy buen comienzo)
- Visualiza situaciones agradables para ti y todos tus seres queridos.
- Otorga Amor sin importar lo que recibas.
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